El ejercicio de forma frecuente es una excelente terapia para mantenerse en forma y para mejorar tu salud. Mejora la salud cardíaca, ayuda a potenciar la salud mental y reducir el riesgo de muchas afecciones. El ejercicio físico también fortalece los músculos pectorales que se utilizan para respirar. Si tienes asma, esto es muy importante porque te puede ayudar a que los pulmones te funcionen mejor.
Según la Fundación de Asma y Alergia de Estados Unidos (AAFA), el asma inducida por el ejercicio es una forma más antigua de describir la broncoconstricción inducida por el ejercicio (EIB). El término “asma inducida por el ejercicio” da a las personas la impresión incorrecta de que el ejercicio causa asma.
La AAFA afirma que casi el 90% de las personas con asma experimentarán síntomas de EIB mientras hacen ejercicio.
Los síntomas de la EIB son similares a los del asma e incluyen:
- Sibilancias.
- Tos.
- Dificultad para respirar.
- Opresión en el pecho.
El síntoma más común es la tos. En muchos casos este síntoma es el único que se experimenta.
La causa principal de la EIB es respirar aire fresco y seco. El ejercicio tiende a exacerbar esto porque la persona que está haciendo ejercicio por lo general respira a través de la boca. Respirar por la nariz generalmente reduce el frío y la sequedad del aire.
Otros posibles factores desencadenantes de la EIB son:
- Altos niveles de polen en el aire.
- Otros irritantes, como el humo.
- Niveles elevados de contaminación atmosférica.
- Un ataque reciente de asma o una infección respiratoria superior.
Algunos consejos prácticos para llevar a cabo las rutinas de ejercicio:
- Si recién va a iniciar con una rutina de ejercicio frecuente, lo recomendable es que evite las actividades de alta intensidad; hasta que mejore su condición física y aumente su nivel de resistencia.
- Es importante estar atento durante la actividad que esté realizando y los cambios que esta pueda generar en su organismo. Si hay una actividad que le esté generando síntomas de asma, debe suspenderla hasta que se sienta de nuevo controlado.
- En climas muy fríos o muy secos no es recomendable practicar alguna actividad física porque incrementa la posibilidad de tener un ataque de asma.
- Usar los medicamentos de acuerdo a las indicaciones dadas por el médico tratante.
- Si está realizando alguna actividad con el clima frio se recomienda llevar una bufanda que cubra nariz y boca para evitar que el aire entre a los pulmones.
- Hacer ejercicios de calentamiento antes de iniciar con la rutina de ejercicio y posterior estirar muy bien.
- No hacer ejercicios en el exterior cuando los índices de polen o de moho sean altos.
- Los ejercicios más recomendados para personas con asma son aquellos que se centran en la respiración profunda y ampliar la capacidad pulmonar, como el yoga, la natación, el golf, la bicicleta.
Fuente:
American Academic of Allergy Asthma y Inmunology
Medical News Today