CAMBIOS IMPORTANTES EN LA MENOPAUSIA

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25 noviembre 2024

Es importante entender la menopausia como una etapa muy importante en la vida de la mujer después de los 40 años. El estado de salud que presenten las mujeres al entrar en la etapa perimenopáusica estará muy condicionado por su estilo de vida, los cuidados previos y factores ambientales.

Los síntomas perimenopáusicos y posmenopáusicos pueden perturbar la vida personal y profesional de las mujeres, y los cambios asociados a la menopausia afectarán a su salud durante su etapa de envejecimiento.  Por tanto, la atención perimenopáusica desempeña una función importante en la promoción del envejecimiento saludable y la calidad de vida.

La menopausia viene marcada por el fin de la menstruación mensual (también conocida como periodo menstrual o «periodo»), que a su vez se debe a la pérdida de la función folicular de los ovarios. Esto significa que los ovarios dejan de liberar óvulos para que sean fecundados.

Si bien la regularidad y la duración del ciclo menstrual varían a lo largo de la etapa reproductiva de la mujer, lo habitual en todo el mundo es que las mujeres experimenten la menopausia natural entre los 45 y los 55 años. 

Se considera que la menopausia natural se produce tras 12 meses consecutivos sin menstruación, siempre y cuando el final de la menstruación no se deba a ninguna otra causa fisiológica o patológica evidente ni a una intervención clínica.

Algunas mujeres experimentan la menopausia a edades más tempranas (antes de los 40 años). Esta «menopausia prematura» puede deberse a una serie de anomalías cromosómicas, a trastornos autoinmunitarios o a otras causas desconocidas. 

Es imposible predecir en qué momento experimentará la menopausia una mujer en particular, aunque existe una cierta correlación entre la edad de la menopausia y determinados factores demográficos, sanitarios y genéticos.

Muchas mujeres dejan de menstruar antes de la menopausia, por ejemplo, porque se han sometido a determinadas intervenciones quirúrgicas (la histerectomía o la extirpación quirúrgica del revestimiento uterino), o bien porque utilizan ciertos tipos de anticonceptivos hormonales u otros medicamentos que detienen la menstruación o la convierten en esporádica. Sin embargo, estas mujeres también pueden experimentar otros cambios relacionados con la transición menopáusica.

Cambios asociados a la menopausia

Los síntomas que se experimentan durante y después de la transición menopáusica varían notablemente de una persona a otra. Mientras que algunas mujeres sufren pocos síntomas, o incluso ninguno, otras pueden padecer síntomas graves que lleguen a condicionar sus actividades diarias y mermar su calidad de vida. En algunos casos, los síntomas pueden durar varios años.

Síntomas asociados a la menopausia:

  • Sofocos y sudores nocturnos. Los sofocos consisten en una sensación repentina de calor en la cara, el cuello y el pecho, a menudo acompañada de enrojecimiento de la piel, transpiración (sudoración), palpitaciones y sensaciones agudas de malestar físico que pueden durar varios minutos;
  • Cambios en la regularidad y el flujo del ciclo menstrual, que culminan con el cese de la menstruación.
  • Sequedad vaginal, dolor durante las relaciones sexuales.
  • Frecuencia y urgencia en la micción.
  • Incremento de infecciones urinarias
  • Pérdida en la elasticidad de la piel
  • Cambios en el tamaño, la contextura y consistencia de las mamas.
  • Dificultad para dormir – insomnio.
  • Cambios en el estado de ánimo, depresión, ansiedad, irritabilidad y pérdida de memoria.

La menopausia también puede alterar la composición corporal y el riesgo cardiovascular. La ventaja de las mujeres sobre los hombres en términos de enfermedades cardiovasculares desaparece gradualmente tras la menopausia debido a la importante disminución que se produce de los niveles de estrógenos.

La menopausia también puede provocar el debilitamiento de las estructuras de soporte de la pelvis, lo que incrementa el riesgo de prolapso de los órganos pélvicos. La pérdida de densidad ósea que tiene lugar en la menopausia contribuye de manera importante a incrementar las tasas de osteoporosis y fracturas.

Los síntomas de la menopausia se pueden aliviar aplicando diversos tipos de intervenciones, tanto hormonales como no hormonales. Los síntomas que afectan a la salud y el bienestar se deben analizar con un dispensador de atención de salud a fin de conocer las opciones de tratamiento disponibles, teniendo en cuenta el historial médico, los valores y las preferencias de la mujer afectada.

Durante la perimenopausia sigue siendo posible el embarazo. Para evitar los embarazos no deseados se recomienda utilizar métodos de anticoncepción hasta que hayan transcurrido 12 meses consecutivos sin menstruación. Después de la menopausia, es improbable que se produzca un embarazo sin someterse a un tratamiento de fecundidad con óvulos de donantes o con embriones previamente congelados.

Durante la perimenopausia y tras la menopausia todavía se pueden contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH, por medio de contactos sexuales sin protección, incluidos los de tipo oral, anal o vaginal. El adelgazamiento de la pared vaginal después de la menopausia aumenta las posibilidades de que se produzcan lesiones y desgarros, lo que incrementa el riesgo de transmisión del VIH a través del sexo vaginal.

CIFRAS Y DATOS:

La población mundial de mujeres posmenopáusicas va en aumento. En 2021, las mujeres de edad igual o superior a 50 años representaban el 26% de toda la población femenina mundial, mientras que diez años antes esta proporción solo alcanzaba el 22%.  Además, actualmente la vida de las mujeres se ha alargado. A nivel mundial, en 2019 una mujer de 60 años podría esperar vivir, de promedio, 21 años más.

Fuente:

OMS – Organización mundial de la Salud
Clínica Universidad de Navarra
NIH – National Institute on Aging

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