ADOLESCENCIA Y PSICOLOGÍA

La adolescencia es el período de transición entre la niñez y la adultez, es decir entre los 10 y 19 años, que incluye muchos cambios tantos físicos como sociales y psicológicos que impacta en la forma en la que un adolescente se relaciona con el entorno.

La cantidad de cambios físicos, sexuales, cognitivos, sociales y emocionales que ocurren en esta época pueden causar expectativas y ansiedad tanto a los niños como a sus familias. Entender qué se puede esperar en las distintas etapas puede promover un desarrollo saludable durante toda la adolescencia y a principios de la adultez. 

Cambios Emocionales y Sociales

Los niños a esta edad podrían:

• Preocuparse más por su imagen física, la manera en que se ven y la ropa.
• Enfocarse en sí mismos; pasar por periodos de muchas expectativas y falta de confianza.
• Tener más cambios de humor.
• Interesarse y dejarse influir más por los chicos de su edad.
• Demostrar menos afecto hacia los padres; puede que en ocasiones se muestren groseros o con mal genio.
• Sentirse estresados debido al trabajo escolar más exigente.
• Presentar problemas alimentarios.
• Sentir mucha tristeza o depresión, que pueden afectar su rendimiento escolar y hacer que consuman alcohol y drogas, tengan relaciones sexuales sin protección y enfrenten otros problemas.

Teniendo en cuenta todos estos cambios que se generan para los adolescentes se hace muy importante buscar acompañamiento de especialistas dentro de los cuales se encuentra la Psicología.

BENEFICIOS DE LA TERAPIA PSICOLÓGICA EN ADOLESCENTES

Todos los cambios que se presentan en el proceso de la adolescencia hace que se convierta en una etapa que puede conformar el caldo de cultivo de manifestaciones patológicas o de trastornos psicológicos. También se convierte en la etapa ideal para prevenirlos.

Acompañar el proceso de crecimiento de nuestros hijos con un profesional especializado en psicología infantil y juvenil. Algunos de los beneficios son:

• Proporciona herramientas de gestión emocional, para permitir a nuestros/as adolescentes a lidiar con la frustración, el estrés y la ansiedad, entre otros, evitando que se transformen en dificultades patológicas que lleguen a limitarles en su día a día.
• Permite abordar los problemas de autoestima e inseguridades, tan comunes en estas edades. La imagen que nuestros adolescentes tienen de ellos mismos determina cómo se relacionan en otras áreas, pudiendo verse afectadas si la autoestima no es reforzada.
• Les ayuda a desarrollar sus habilidades sociales. En esta etapa deben afrontar conflictos con mayor grado de independencia con respecto a sus padres. En muchas ocasiones, los más jóvenes no cuentan aún con las habilidades sociales que les permita hacer frente eficazmente a estas nuevas situaciones. Saber decir que “no”, sin depender de la aprobación de su grupo de iguales, por ejemplo, les evitaría muchas conductas de riesgo en estas edades.
• Proporciona una guía a padres y familiares para ENTENDER esta nueva etapa, ofreciendo pautas para abordar todas las situaciones que les parezcan difíciles o en las que se considere que afectan al ámbito familiar. 

TRASTORNOS MÁS CÓMUNES EN LA ADOLESCENCIA

1. Trastornos de Ansiedad:
   Los trastornos de ansiedad son muy comunes en adolescentes, e incluyen trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobias específicas y trastorno de ansiedad social. Estos trastornos se caracterizan por una preocupación y tensión excesivas que son difíciles de controlar y afectan significativamente las actividades diarias.
2. Trastornos Depresivos
   La depresión puede manifestarse en adolescentes como tristeza persistente, pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas, cambios en el apetito o el sueño, fatiga, sentimientos de inutilidad o culpa, y pensamientos suicidas.
3. Trastornos de la Conducta Alimentaria
   Los trastornos de la conducta alimentaria, incluyendo la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, son frecuentes en la adolescencia. Estos trastornos implican preocupaciones severas sobre el peso y la comida que llevan a comportamientos alimentarios dañinos.
4. Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
   Aunque el TDAH suele diagnosticarse en la infancia, sus síntomas pueden continuar y afectar significativamente a los adolescentes. Se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad e impulsividad.
5. Trastornos de la Conducta
   Estos trastornos se caracterizan por comportamientos repetitivos y persistentes que violan los derechos de los demás o las normas y reglas sociales apropiadas para la edad del adolescente, como la agresividad hacia las personas o animales, la destrucción de propiedades, el hurto o las violaciones graves de reglas.
6. Trastornos del Estado de Ánimo
   Además de la depresión mayor, otros trastornos del estado de ánimo, como el trastorno bipolar, pueden comenzar a manifestarse durante la adolescencia. Estos trastornos implican cambios significativos en el estado de ánimo y el comportamiento, que van desde episodios depresivos hasta episodios de manía o hipomanía.
7. Trastornos de Uso de Sustancias
   La adolescencia es un período en el que algunos jóvenes experimentan con drogas y alcohol, lo que puede llevar al desarrollo de trastornos de uso de sustancias. Estos trastornos se caracterizan por el uso continuado de sustancias a pesar de los problemas significativos relacionados.
8. Trastornos de Ansiedad por Separación
   Aunque más común en niños, el trastorno de ansiedad por separación también puede afectar a adolescentes. Se caracteriza por una ansiedad excesiva respecto a la separación de aquellos a quienes el adolescente está fuertemente vinculado.

A los padres entender las complejidades de la psicología adolescente, pueden brindar un apoyo más informado y efectivo a sus hijos. Esto incluye reconocer la importancia de la independencia, establecer límites adecuados y comunicarse de manera abierta y asertiva.

Un conocimiento generalizado sobre la psicología de la adolescencia en la sociedad puede llevar a un trato más comprensivo y tolerante hacia los adolescentes. Esto fomenta una comunidad que apoya y guía adecuadamente a sus jóvenes.

Fuente

Healthy Children
OMS